viernes, 12 de abril de 2013

Monstruos, fantasmas y mitos

Nuestro amado círculo de pensadores de diversas estaturas estaturas ha dedicado sus últimas sesiones a dar vueltas y más vueltas en torno al tema de los monstruos. Y aun siendo un tema espeluznante, tal vez el más espeluznante de todos los temas, podemos presumir de haber encarado las preguntas que suscitan tan horrendas criaturas con un valor tan infrecuente como sensato. Los hemos dibujado, los hemos pensado, hemos hablado con ellos. Y resulta que para perderles el miedo no hacía falta sino hacer de tripas corazón, no dejarse amedrentar y dialogar con ellos un poco. ¿Qué tontería verdad? Sucede a menudo que las cosas que se nos atojan terribles, a la luz de las preguntas oportunas tornan comprensibles y pierden unos tantos de su esencia pavorosa. ¿¿Cómo no se nos había ocurrido antes?? Un poquito de conversación, con la razón por bandera, solo hacía falta eso. A día de hoy, podría decirse que si bien los monstruos persisten en resultar desagradables no nos infunden, ni de lejos, el temor que otrora provocaban. Por fin nos hallamos en disposición de abrir el armario, de mirar bajo la cama si fuera necesario y de acometer un dulce sueño con la luz apagada y la cabeza al descubierto. Menos mal…

¿¿Qué son los monstruos?? La no existencia de los monstruos es un dato que todo el mundo maneja, todo el mundo lo comenta en ocasiones, sin embargo, rara vez nadie se para en esto mismo y recapacita sobre la cuestión. ¿¿Qué ocurre??¿¿ A qué se deben la sobreabundancia y el inmenso peso de estas criaturas, que a fin de cuentas resultan tan estremecedoras como ilusorias?? Menos mal que tenemos a Goya. El sueño de la razón produce monstruos…

Una vez perdidos los miedos vanos, y habiendo hecho explícita la relación existente entre estos miedos infundados y el olvido de nuestra común facultad para razonar, estamos listos para hincar el diente a una cuestión esencial a la actitud, a la historia y a la práctica de la filosofía. Cuando hablamos de mitología, no solo hablamos de los pretéritos griegos y de los persas, ni tocamos tan solo a los antiguos vikingos o a los hindús. Rubiales que portan martillos omnipotentes, ancianos canosos varios, con muy malas pulgas todos ellos, toros bípedos gigantes, etc… Al hablar de mitología, si bien somos conscientes de encontrarnos ante la más bella fuente de historias que pueda ser pensada, en el fondo, no hacemos sino hablar de un modo muy particular de encarar el mundo. El mismo modo exacto de enfrentar nuestro entorno que conforma esos miedos tan absurdos sin los cuales, a todas luces, se vive bastante mejor. Y esto no es tan solo respectivo a un capítulo de la historia de la humanidad, lo es a un capítulo de la historia de todos nosotros. Es la niñez del pensamiento a todos los niveles. Así que, por supuesto sin renunciar a toda nuestra inocencia pues esta es hermosa, y resulta de gran valía para vivir no solo bien sino bonito, aprendamos a pensar las cosas en profundidad. Pero hagámoslo juntos, sentados en un círculo que dibujen sobre el suelo unos cojines de colores; es más divertido.
Os esperamos el sábado que viene en la librería La Extravagante.
Ignacio La Calle Carmona